Página Principal

Biografía de Tolkien

Razas de Arda

Enciclopedia

Cronología de la Historia de Arda

Genealogías

Mapas

Imágenes

Lenguas de Arda

Calendarios

Enlaces

Eran los noldor, o elfos profundos, los más poderosos elfos que habitaron la Tierra Media, así como los más famosos, gracias a las canciones y relatos que han llegado a oídos de los hombres, pues fueron los forjadores de las grandes joyas llamadas Silmarils, lo mismo que los Anillos del Poder. Las más cruentas guerras de que han tenido noticia elfos y hombres se libraron por culpa de estas valiosas piezas.

De los eldar que llegaron a las Tierras Imparecederas, los noldor constituían el segundo clan. La palabra noldor significa "conocimiento", pues eran los elfos que más se esforzaron por adquirirlo. En los años de los Árboles de los valar, su rey era Finwë, y en aquella época, grande era la alegría que experimentaban al recibir las enseñanzas de sus instructores, los valar y los maiar. Bajo aquella eterna luz dorada y plateada, los noldor se hicieron fuertes y nobles. Tirion, su ciudad, erigida sobre la colina de Túna, desde la cual se dominaba el mar iluminado por las estrellas, era bella y poderosa, pues estaba construida en el Paso de la Luz llamado Calacirya, el único existente en las bastas montañas Pelóri, que circundaban las tierras de Eldamar y Valinor. Por esta hendidura penetraba la luz de los Árboles y alumbraba la parte oeste de la ciudad, mientras que en el este, la Túna sombría, los elfos podían contemplar las estrellas que brillaban sobre los Mares Sombríos.

Así, los noldor se convirtieron en un pueblo sabio que destacaba especialmente en las artes de Aulë, Hacedor de Montañas. Esculpieron las grandes torres de Eldamar en la roca y tallaron muchos objetos bellos con una piedra blanca y radiante. Ellos fueron también los primeros en extraer las gemas del interior de las montañas, repartiéndolas con generosidad, de modo que las mansiones de los elfos y los valar resplandecían con los tesoros de los noldor, y se dice que incluso las playas y estanques de Eldamar brillaban con aquellas piedras preciosas diseminadas por todas partes.

Del rey de los noldor y su reina, Míriel, nació un hijo llamado Curufinwë, conocido como Fëanor, que quiere decir "espíritu de fuego". De todos los artesanos que aprendieron las artes de Aulë, Fëanor fue el más destacado. Ni siquiera entre los maiar había nadie que lo superara; fue el primero en convertir las gemas élficas en más brillantes y mágicas que las piedras de la Tierra. Aparentemente eran pálidas, pero colocadas bajo las estrellas resultaban comparables a los ojos de los elfos, pues hacían suya la luz de aquéllas y resplandecían con un brillo azulado. Fëanor fabricó también otros cristales llamados palantiri, "piedras que ven", las piedras mágicas que, mucho tiempo después, los elfos de Avallónë regalaron a los dúnedain. Pero la mayor obra de Fëanor fueron las tres fabulosas gemas que capturaron la luz de los Árboles de los valar. Eran las joyas más bellas que ha visto jamás el mundo, pues emitían una viva luz. Sin embargo, tal como se narra en el "Quenta Silmarillion" y el "Noldolantë", las grandes ambiciones de Fëanor, junto con las viles acciones de Melkor, conducjeron a la mayor derrota sufrida jamás por los pueblos élficos. Pues apareció Melkor y con la araña Ungoliant destruyó los Árboles de los valar, dio muerte a Finwë y se llevó los Silmarils. Fëanor hizo un juramento de venganza que acabó siendo una maldición eterna para su pueblo. Enfurecido, siguió a Melkor, a quien llamó Morgoth, el "enemigo oscuro del mundo", hasta la Tierra Media. Así se inició la guerra de las Joyas y las guerras de Beleriand, que se libraron mientras duró la Primera Edad del Sol.

Durante esa edad de contiendas, los noldor concedieron asimismo grandes beneficios a la Tierra Media y fundaron los reinos noldor de Hithlum, Dor-lómin, Nevrast, Mithrim, Dorthonion, Himlad, Thargelion y Beleriand Oriental. Los más hermosos eran los dos reinos ocultos: Gondolin, que estaba governado por Turgon, y Nargothrond, regido por Finrod Felagund.

Fëanor murió en la guerra de las Joyas, lo mismo que sus siete hijos: Amras, Amrod, Caranthir, Celegorm, Curufin, Maedhros y Maglor. Morgoth dio muerte también a su hermano Fingolfin y a los hijos de éste: Fingon, Turgon y Aredhel. Y aunque Finarfin, el otro hermano (y tercer hijo de Finwë), se había quedado en las Tierras Imperecederas, donde gobernaba al resto delos noldor desde Tirion, sus cuatro hijos -Aegnor, Angrod, Finrod Felagund y Orodreth- se fueron a la Tierra Media y perecieron uno tras otro. Así pues, de todos los señores noldor y sus hijos, sólo la hija de Finarfin, Galadriel, sobrevivió en la Tierra Media.

A lo largo de la Primera Edad, Morgoth y sus vasallos destruyeron todos los reinos noldorin. En aquella época había en Beleriand muchos otros pueblos cuyo destino estaba en parte vinculado al de los noldor. A causa de las guerras, fueron destruidos los reinos de los elfos grises, que también eran conocidos como sindar, lo mismo que los reinos de los enanos de Nogrod y Belegost, y la mayoría de los reinos de las tres Casas de los edain.

Pero, finalmente, los valar y los maiar salieron de las Tierras Imperecederas para enfrentarse a Morgoth. Así tuvo lugar la Gran Batalla y la guerra de la Cólera. Angband cayó ante esta poderosa fuerza y Morgoth se precipitó para siempre en el Vacío Eterno. Sin embargo, la lucha alcanzó tales dimensiones que Beleriand quedó arrasada y la mayor parte del territorio fue tragada por el mar.

Pocas de las estirpes reales de los noldor que sobrevivieron a la guerra de las Joyas podían afirmar ser sus descendientes directos. Así, Gil-galad, hijo de Fingon, hijo de Fingolfin, fundó el último alto reino noldor en las Tierras Mortales. Lindon, la última parte de Beleriand que quedó después de la Gran Batalla, fue su territorio. Con Gil-galad vivía Celebrimbor, hijo de Curufin y único príncipe de la casa de Fëanor que llegó a la Segunda Edad. Galadriel, hija de Finarfin, Elrond y Elros, los medio elfos, y numerosos señores sindar se trasladaron también allí, lo mismo que Círdan de los falathrim, los laiquendi y los edain (los hombres leales a los elfos durante las guerras).

En aquella época muchos elfos se embarcaron el los Puertos Grises y navegaron hasta Tol Eressëa, la isla de la bahía de Eldamar, en las Tierras Imperecederas, donde construyeron la ciudad de Avallónë. Los edain también recibieron una hermosa isla en el mar Occidental llamada Númenórë y abandonaron sus territorios de la Tierra Media.

Sin embargo, todos los noldor de sangre real se quedaron. Gil-galad gobernó Lindon, y Círdan custodió los Puertos Grises. Pero se dice que en el año 750 de la Segunda Edad, Celebrimbor abandonó Lindon y fundó un reino al pie de las Montañas Nubladas, en la tierra de Eregion, cerca de Khazad-dûm, el reino de los enanos. Los elfos súbditos de Celebrimbor se llamaron gwaith-i-mírdain, "pueblo de los ofebres", y herreros elfos en las leyendas de tiempos posteriores. Fue allí donde, mediante una sutil estratagema de Sauron, se forjaron los Anillos del Poder. Su hacedor fue Celebrimbor, nieto de Fëanor, el creador de los Silmarils, y así se forjó la segunda gran obra de los noldor, que originó otro ciclo de cruentas guerras, pues en esa época fabricó Sauron el Anillo Único, cuyo poder era mayor al de todas las demás obras de los noldor. Enfurecidos y atemorizados, los elfos se alzaron y estalló la guerra de Sauron y los Elfos. En ella murieron Celebrimbor y la mayoría de los gwaigh-i-mírdain; Eregion quedó desolada y, aunque Elrond Medio Elfo llegó en su auxilio con un ejército, lo único que pudo hacer fue rescatar a los pocos que quedaban y buscar refugio en Imladris, llamado Rivendel por los hombres, que se convirtió en la única plaza fuerte de los noldor entre las montañas Azules y las Nubladas.

En esa época la propia Lindon estaba en peligro, pero los descendientes de los edain, los númenóreanos, se presentaron con su inmensa flota y expulsaron a Sauron hacia el este. Posteriormente regresaron y capturaron al Señor Oscuro, pero no lo destruyeron. Lo hicieron prisionero y ello fue la causa de su caída, pues los enfrentó a los valar y el mar se los tragó por su insensatez.

Así regresó Sauron a la Tierra Media, donde sólo quedaban los reinos noldorin de Lindon y Rivendel, aunque se habían fundado los reinos del Gran Bosque Verde y Lothlórien, formados por nobles noldorin y sindarin y súbditos silvanos. Pero con el regreso de Sauron volvió a estallar la guerra. Se firmó entonces la Última Alianza de elfos y hombres, y en esa guerra, que puso fin a la Segunda Edad, murieron Gil-galad y el rey de los dúnedain a manos de Sauron, aunque éste fue a su vez destruido junto con todo el reino de Mordor.

A partir de entonces los elfos noldorin de la Tierra Media se quedaron sin rey, pero los reinos siguieron existiendo. Círdan se convirtió en señor de Lindon y los Puertos Grises, mientras que Elrond continuó gobernando Rivendel. Durante la Tercera Edad, Lothlórien aventajaba en belleza a todos los demás reinos, y su reina, Galadriel, era la más noble noldor que quedaba con vida en la Tierra Media. Aunque pocos noldor habitaban en el Bosque de Oro entre los llamados galadrim, éste era el reino más próspero y semejante a los noldorin de antaño.

Tal como se cuenta en el "Libro Rojo de la Frontera Oeste", cuando a fines de la Tercera Edad fue destruido el Anillo Único y Sauron desapareció del mundo para siempre, Elrond recibió un llamamiento para abandonar Rivendel y Galadriel dejó Lothlórien. Ambos se embarcaron en los navíos blancos que los conducirían a las Tierras Imperecederas. Con la marcha de la soberana, Lothlórien perdió su esplendor y los reinos noldorin de la Tierra Media iniciaron su decadencia en los años de la Cuarta Edad. Se dice que Círdan, el Carpintero de Barcos, condujo a los últimos noldor a las Tierras Imperecederas. Allí mora en la actualidad lo que queda del pueblo noldorin, que experimentó el mayor dolor, infligió las mayores penas, realizó las mayores hazañas y se hizo acreedor de la mayor fama de todos los elfos, según las narraciones que se han ido transmitiendo a lo largo de los tiempos. Cuál ha sido su suere después de hacerse a la mar el último navío, es algo que sólo la Gran Música del Fin revelará a quienes habiten entonces las Tierras Mortales.